Paola Ceruti Mahn
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Palabras fundamentales para un buen vivir (primera parte):
Si y No

Agosto 2011
 

 

Cuan difícil se hace a momentos decir que no. El otro día una coachee me contaba que su jefa le había pedido por enésima vez que se reunieran con ella y el equipo fuera del horario de trabajo, ella suele acceder para evitar que piense que ella no es leal con la institución, que no esta comprometida con el proyecto, o la excluya de considerarla más adelante. Sólo que esta vez, como otras, su hijo tenía una prueba global de matemáticas al día siguiente y le había pedido que lo ayudara. Marcela le dice a su jefa “si claro, reunámonos” pero por dentro su corazón grita… “perdón hijo!”, sabe que llegará cuando él ya esté durmiendo. En su interior crece la impotencia, la sensación de estar atada, presa de sus miedos y deberes, incapaz de defender lo que valora. Si su tendencia es a la culpa, sus auto diálogos internos irán envenenando su autoestima, “mala madre, le fallaste otra vez a tu hijo, eres falsa, muestras quien no eres, de ti los demás sólo conocen tu máscara”. Si suele ponerse en el lugar de la víctima, en ella crecerá el resentimiento hacia los demás, “en este lugar no se puede tener vida propia, basta que uno baje la guardia para que altiro se aprovechen”.

Recuperar la capacidad de decir que no de manera asertiva es un tobogán que nos desliza hacia la libertad, nos recuerda que somos capaces de escoger, de gobernar nuestras vidas, que tenemos la posibilidad, el derecho y el deber de proteger aquello que nos importa y actuar en consecuencia si queremos conservar el respeto por nosotros mismos. Implica blindar con fuerza aquello que no es transable, “no acepto que fumen en mi casa, no acepto hablar mal de un amigo por quedar bien con el grupo, no acepto engañar para ascender”. Si yo no defiendo aquello en lo cual creo ¿quién lo hará por mí? Es por eso que poner en práctica ese no que destaca lo fundamental nos tranquiliza, es la seguridad de contar con un centinela interno que no cesará en su decisión de proteger nuestra dignidad.

Por otro lado, un no sincero invita a un si verdadero. Desde la tranquilidad de estar protegido en aquello que nos importa surge la posibilidad de explorar: “sí, tomaré ese desafío”, “sí, acepto casarme contigo”, “sí, abriremos una sucursal fuera de Chile”. Es el sí que amplía el aprendizaje personal e institucional, un sí atrevido, explorador de nuevos territorios y conquistador del futuro.

Otro tipo de sí fundamental es el sí del compromiso: “¿Irás a mi cumpleaños el viernes? Sí”; “¿Puedes tener lista la presentación para el miércoles a las 9:00? Sí”. Cada vez que alguien nos hace una petición y accedemos estamos prometiendo que nuestras acciones serán consecuentes con lo que hemos dicho, es decir, que uno cumplirá lo dicho. Lo anterior afecta nuestra identidad pública transformándonos en personas confiables y creíbles, o no. Una de las consecuencias de lo anterior es la inclusión o la exclusión social, si se pierde la credibilidad pública la persona será excluida de proyectos laborales, de amistades, incluso del ámbito pareja, “no te metas con él/ella, no es una persona seria”.

Si y no son palabras fundamentales para construir la vida que queremos tener. Como nos señala Rafael Echeverría (2005), “Después de haberse dicho lo que se dijo, el mundo ya no es el mismo de antes. Este fue transformado por el poder de la palabra” (pp.75).

Referencia Echeverría, R. (2005). Ontología del lenguaje. Ed. J.C.Sáez, Chile.

 

 

 

 
 
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